Bienvenidos!

He tenido la osadia de pensar que alguien a pesar de mì visitarà este blog...

De ser asì, agradezco su tiempo y le doy la bienvenida... Y ya entrando en confianza, le explico de lo que se trata... o de lo que espero que se trate.

Este es un baùl de pensamientos perdidos, frases hechas o malhechas (depende como se miren), de cuentos reales e irreales, con grandes inspiraciones y cero pretenciones.

El lector tiene la libertad de elegir lo que lee, si ha decidido leer este blog por partes o en su totalidad... agradezco su libre albedrio, en serio.

pao

martes, 24 de junio de 2008

Consideraciones de la Literatura

Considerar la literatura como un medio de supervivencia puede traer complicaciones. Elegir el ser escritor puede traer aun màs. Sin embargo, ya con el alma enredada en tinta y llena de palabras perdidas, no hay vuelta atràs y hay que afrontar las complicaciones.

El ser escritor no es una profesiòn que se elige, màs bien es una vocaciòn que elige morar en ti, convertirse en tu sangre y ser la vìa por donde respira tu alma. Yo no elegì ser escritor. Elegì escribir, elegì elevar mi voz a travès de un papel, de describir la vida a travès de las venas de una tinta, de comenzar una tòrrida pasiòn de sìlabas y reglas gramaticales, las cuales; como arcilla, moldean esculturas que quizàs sòlo yo logre apreciar y nadie entender.

Y ante mi elecciòn, me pongo el traje de escritor, de lector, de observador y veo el mundo, a las personas, las circunstancias como el material perfecto para despertar las letras durmientes que yacen en un gran colchòn de papel, cobijadas bajo un gran tìtulo dorado. Veo a personas con su descripciòn a cuestas y a cada paso les voy contando su historia, ¿irreal? tal vez, o como la realidad paralela de una vida que no ha sido aùn.

Ya sabiendo que al escribir puedo ser verdaderamente yo, me comprometo a ser fiel a mis màs absurdos pensamientos, a idealizar a la gente, a ver rayas blancas en panoramas negros, a escribir nuevas historias en viejos puentes y a no perder la fe en la literatura, que aunque ingrata, es la tierra de mi arcilla.